.

En este blog encontraras inquietudes, planteamientos, pensamientos, noticias, curiosidades y una que otra cosa jocosa.
Si deseas hacer comentarios hazlo. Sólo no se publicarán los comentarios abusivos, obscenos, vulgares, odiosos, amenazantes, o que atenten en contra de personas o instituciones.
Los desacuerdos o correcciones al autor son muy bienvenidos... Pero siempre en un marco de respeto.

sábado, 12 de diciembre de 2009

¿Por qué votaré por Marco Enriquez-Ominami en diciembre de 2009?

Básicamente por las siguientes razones:

  1. Porque pertenece a una nueva generación de políticos de la, diríamos, izquierda liberal que ya no tienen, por fortuna, el peso del trauma de la derrota histórica de la Unidad Popular en 1973 y su proyecto de construir el socialismo por “vía pacífica” tal como se entendía la noción de socialismo en los tiempos de la Guerra Fría.
  2. Porque este “desapego” identificatorio con el pasado pre dictadura no le es obstáculo para comprender el valor ético y político del proyecto allendista, entendiendo que en los tiempos de la globalización neoliberal el campo de batalla no es contra un “neoliberalismo” conceptualizado como una monolítica realidad “monstruosa” que está ahí afuera, cual fatalidad indestructible (como suele ser la actitud de la izquierda más tradicional), sino un campo de acciones y tensiones varias en las que el neoliberalismo opera como una red vasta que enmascara sus reales sitios de poder. No es con sobreideologización discursiva como se equilibrará el poder con los grandes capitales y capitalista, sino con relaciones de poder (culturales, políticas, jurídicas y económicas, por cierto) pragmáticamente enfrentadas en las zonas débiles del neoliberalismo, que de hecho las tiene.
  3. Porque en rigor es el único que hoy por hoy puede de veras vencer, en el terreno electoral, a Sebastián Piñera y a lo que éste representa. Jorge Arrate no tiene ninguna posibilidad de pasar a la segunda vuelta, no porque él, en lo personal, no lo merezca, sino porque su coalición Junto Podemos, en particular el Partido Comunista, en las actuales condiciones de acuerdos políticos, en verdad se la está jugando para que dos o tres candidatos suyos ganen sillones en el parlamento; la candidatura a la presidencia es un añadido prescindible. No por nada el Partido Comunista llegó a un acuerdo táctico con la Democracia Cristiana, partido que viene a la baja dentro de la Concertación, que ocupa el campo más conservador de la coalición, el más carcomido por la corrupción en diversas esferas, partido que no ha saldado aún la deuda con la historia: la DC estuvo con el golpe de estado de 1973, a excepción de una docena de dirigentes, y muchos de sus militantes colaboraron con la dictadura en los primeros tiempos (v. g. Eduardo Frei Montalva), algunos incluso entregando listas de “compañeros de trabajo” partidarios de la Unidad Popular para que sean despedidos y aun detenidos y hechos desaparecer. Si Eduardo Frei Ruiz-Tagle pasa a la segunda vuelta, muchos de los electores, entre los que me encuentro, no votarán en ninguna circunstancia por Frei, cansados como estamos de una Concertación que traicionó, y lo digo sin ambages, el espíritu político que animó en su momento a las fuerzas del NO en 1988. Y esto por más promesas “progresistas” que haga Frei: desgraciadamente ya se perdió la confianza.
  4. Dejo en claro que no creo que MEO sea un “salvador” o que su sola presencia vaya a solucionar como por arte de magia las enormes e inaceptables desigualdades sociales, económicas y culturales de la sociedad chilena. Tampoco considero que sea propiamente de izquierda, y me molesta su peligrosa tendencia al pluralismo sumativo (sumar fuerzas es bueno pero no a cualquier precio) y su actitud “hiperventilada” de la que hace gala a menudo y que lo lleva a proponer cuestiones inaceptables (como proponer cierta intervención privatizadora en CODELCO). Con todo, sí considero que él y su entorno tienen la claridad política suficiente para entender que el nuevo Chile hay que construirlo ladrillo a ladrillo, empezando por desterrar prácticas semimafiosas concertacionista, sobre todo su impresentable acomodo a un binominalismo electoral claramente discriminador contra toda minoría política y contra todo movimiento emergente. Y seguir con el desmontaje de la arrogancia intolerable de una derecha económica que ha hecho de Chile literalmente su propiedad privada. No se va a terminar el neoliberalismo “chileno” con MEO, pero evidentemente con él se crearán condiciones que favorezcan el desmontaje paulatino de las estructuras que favorecen la desigualdad. Ha demostrado que logra concitar importante apoyo sin tener una orgánica propiamente partidista, algo que puede ser leído como una desventaja. Sin embargo, dado el dramático desprestigio de los partidos, en especial los de “centro izquierda” tradicional (léase Concertación), ir por fuera de los partidos es un punto fuerte. Y que no se diga que porque es joven no podrá gobernar bien, como han sugerido algunos altos dirigentes concertacionistas. Si fuera por eso, no habría que darle trabajo a ningún joven porque carece de experiencia ¡absurdo! Y menos que como no tiene partido no podría formar equipos: habemos más gente de la que los viejos políticos creen que estamos dispuestos a aportar al país. Como sea, la última palabra la tienen los electores. Y espero que la próxima vez los jóvenes sientan que la política les dice algo y que entonces sirve para construir una sociedad más justa, más igualitaria.


Este texto es propiedad intelectual de Sergio Mansilla Torres, quien autoriza reproducir el texto citando la fuente.



No hay comentarios.: