LOS “USTEDES”… El plural del desprecio.
Hay una costumbre lingüística —tan vieja como la arrogancia y tan chilena como el doble estándar— que la derecha no abandona: el “ustedes”. Ese plural condescendiente, que más que pronombre es trinchera. “Ustedes los que…”, “ustedes los zurdos”, “ustedes los que destruyen el país”, “ustedes los resentidos”, “ustedes los que no trabajan, los que no entienden, los que odian a Chile”. Un “ustedes” que no busca conversar, sino deslindar. No define una idea, marca territorio.
El “ustedes” es el muro invisible del clasismo ideológico: un modo de recordarle al otro su lugar, su condición de intruso. No se dice con ánimo de debate, sino con tono de dueño. El “ustedes” es el equivalente verbal del dedo que apunta, de la ceja que se arquea, del gesto de desdén que se disfraza de argumento. Es el “yo no soy como tú”, envuelto en palabras, pero cargado de desprecio.
Pero, ¿Quiénes son, exactamente, esos “ustedes”?
Nadie lo sabe con certeza. A veces son los comunistas, otras los socialistas, los liberales tibios, los estudiantes, los artistas, los periodistas que incomodan o cualquier ciudadano que ose pensar distinto. “Ustedes” es una categoría elástica: cabe cualquiera que contradiga el relato propio. Es un saco sin fondo donde entra todo el que incomoda. En rigor, “ustedes” no existe; se inventa cada vez que se necesita un enemigo.
El problema no es semántico, es moral. Porque en el “ustedes” hay un subtexto venenoso: la convicción de que hay un “nosotros” mejor. “Nosotros”, los sensatos. “Nosotros”, los que amamos el orden, la patria y el trabajo. “Nosotros”, los que no marchamos, no reclamamos, no pensamos tanto. Esa cómoda mayoría silenciosa que se autoproclama virtuosa sólo por no alzar la voz. El “nosotros” es el refugio de quien teme el espejo; por eso necesita inventar un “ustedes” para no verse a sí mismo, para no ver su propio reflejo.
Y mientras tanto, el diálogo público se vuelve una batalla de pronombres. Nadie habla con nadie, todos se hablan de los otros. Las redes sociales, los programas de televisión, los discursos políticos se llenan de esa segunda persona ausente: “ustedes destruyeron”, “ustedes apoyaron”, “ustedes callaron”. Nadie se pregunta por qué “nosotros” también hemos fallado. Nadie se incluye, porque incluir es ceder humanidad al adversario. Y eso, al parecer, es demasiado progresista.
El “ustedes” es cómodo. Permite odiar sin culpa, generalizar sin pensar, excluir sin remordimiento. Es el idioma oficial del prejuicio con corbata. Pero también es la confesión de una inseguridad profunda: quien divide el mundo entre “nosotros” y “ustedes” teme que, al mirarlo de cerca, no haya tanta diferencia.
Quizás por eso no lo definen. Porque si lo hicieran, se descubrirían dentro. Si dijeran con precisión quiénes son los “ustedes”, tendrían que reconocer que ahí también están sus hijos, sus amigos, sus colegas, sus compatriotas. Que el país no se parte en dos, por mucho que lo intenten con su gramática tribal.
Así seguimos, discutiendo en pronombres, creyendo que el lenguaje no delata. Pero las palabras son traicioneras: terminan mostrando más de quien las pronuncia que de quien las recibe. Cada vez que alguien dice “ustedes”, lo que realmente se oye es “yo tengo miedo”.
Y ese miedo —a perder privilegios, a ser contradicho, a no tener la razón— es el combustible de la distancia. No se trata de ideología, sino de jerarquía: mientras existan “ustedes”, ellos podrán seguir sintiéndose un poco más arriba.
Pero la historia tiene un humor sarcástico: los “ustedes” de ayer siempre terminan siendo los “nosotros” de mañana. Y entonces, cuando la vida gire el espejo y los roles se inviertan, ojalá alguien tenga la lucidez de responderles con elegancia: ustedes, los que se creían distintos, eran exactamente iguales.
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Publicación original:
Texto Publicado a las 14:51 hrs, del sábado 01/11/2025 por @ReneX en "X" (ex Twitter).
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INFORMACIÓN ANEXA:
El autor de «LOS “USTEDES”… El plural del desprecio», es el escritor y ensayista argentino Jorge Luis Borges.
El texto forma parte de su obra "El idioma de los argentinos" (publicada en 1928), y aborda el uso de los pronombres "usted" y "vosotros" como marcadores sociales y de respeto en la lengua española.
Este ensayo escrito por Borges es un estudio sobre el lenguaje y sus usos sociales, y se basa en la idea de que el idioma no es un conjunto neutro de reglas, sino que refleja y participa en la construcción de las relaciones sociales y las jerarquías.
La publicación que usted leyó se basa en el ensayo de Borges.
Un abrazo afectuoso,
José Ismael Córdova García,
"Aucán Trufkenpayún" (el rebelde de la barba ceniza)
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