Nijū Hibakusha
En el se puede recoger una historia que resulta casi fantástica. Es el caso del ciudadano japonés Tsutomu Yamaguchi, quien es considerado un verdadero afortunado, pues sobrevivió no sólo a la bomba de Hiroshima, sino que también a la de Nagasaki.
Tsutomu Yamaguchi debería tener hoy 91 o 92 años. Su historia sirvió de inspiración para la película japonesa Nijū Hibakusha (“Doble hibakusha”, Hibakusha es un término japonés que significa “persona bombardeada”).
Yamaguchi era un ingeniero de Mitsubishi trabajando en el puerto de Nagasaki. El destino quiso que el fatídico 6 de Agosto, en el cual fue detonada la nefastamente famosa “Little Boy” de 13 kilotones, se encontrara en Hiroshima en un viaje de negocios con el fin de asegurar el suministro de repuestos al astillero de Nagasaki. En el momento exacto de la explosión se encontraba a 2 Km de la Zona Cero guarecido por una fortificada instalación de la zona industrial de Hiroshima. Sin embargo, el calor intenso y los temblores hicieron que sufriera fuertes quemaduras y contusiones por todo su cuerpo. Solo recuerda ver el flash y lo difícil que era respirar con el aire tan caliente. Tras ver el caos y el descontrol pasó dos días intentando volver a su ciudad. Al llegar, a pesar de las heridas decidió reportar lo ocurrido a su jefe quien, como toda la población de Japón, se encontraba totalmente ignorante de lo ocurrido. Como ingeniero Tsutomu sabía que el arma utilizada en Hiroshima era para nada convencional y temía que la guerra esté totalmente perdida. Sus temores se confirmarían ese mismo día, el 9 de Agosto, explotó la segunda bomba, Yamaguchi se encontraba en las oficinas del astillero a unos 3 Km de la zona cero reportando y describiendo todo lo visto. Volvió a sentir el calor intenso y en ese momento, según sus palabras “aterrado pensé que las explosiones me estaban siguiendo a mi”. Cuando salio a las calles llegó a pensar que había llegado el fin del mundo.
Pero prefiero invitarlos a leer el artículo:
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Por: Mainichi Shimbun
7 de diciembre de 2006
(Publicado originalmente el 18 de octubre de 2006)
Tsutomu Yamaguchi, un “doble hibakusha”, quien sufrió los ataques atómicos de Hiroshima y Nagasaki. (Noriko Tokuno / © Mainichi Shimbun)
los Budas todos murieron,
sin haber soñado jamás lo que los mató”.
En un centro de rehabilitación cerca a su casa en Nagasaki, Tsutomu Yamaguchi, de 90 años, me muestra su poema, escrito en cartulina blanca. Ingeniero durante la Segunda Guerra Mundial en el astillero de las Industrias Pesadas Mitsubishi en Nagasaki, Yamaguchi es un hibakusha dos veces. Estuvo en Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y en Nagasaki tres días más tarde. Es un testigo de ambos ataques nucleares.
Nunca ha estado activo en el movimiento pacifista. Poeta por afición, escribe ensayos y tanka, o versos cortos japoneses, para mantener viva la memoria de los bombardeos.
La película Nijū Hibakusha (“Doble hibakusha”), en la que Yamaguchi aparece, fue terminada en primavera. Para su lanzamiento en Estados Unidos en agosto pasado, Yamaguchi viajó a ese país y estuvo allá del 1 al 5 de ese mes. Nunca había tenido siquiera un pasaporte antes. La película fue exhibida en Nueva York, en la sede de las Naciones Unidas y en la Universidad de Columbia.
“Que nunca haya un tercer ataque nuclear”, dijo Yamaguchi. “Por favor, todos hagamos todo lo que podamos para eliminar las armas nucleares”.
Profundamente conmovido, un empleado de la ONU tomó de la mano a Yamaguchi. “Haremos nuestro mejor esfuerzo”, dijo. “Gracias”.
“Si no le llegamos a la gente en el extranjero”, afirma Yamaguchi, “la única oposición a la guerra nuclear estará en Japón”.
Toshiko Yamazaki, realizan una rueda de prensa
en el Ayuntamiento de la ciudad de Nagasaki
en mayo de este año (2006) con motivo del lanzamiento
de la película Nijū Hibakusha
(“Doble hibakusha”)
(© Mainichi Shimbun)
Fue Yamaguchi quien les sugirió a los productores proyectar la película en el exterior. “Si puedo decir lo que pienso en Estados Unidos, sería lo suficientemente feliz para morir en cualquier momento”, declaró antes de partir hacia los EUA.
Cuando Yamaguchi regresó al Japón, el “doble hibakusha” describió la visita como quitarse “un gran peso de encima”. Me lo imagino sufriendo el infierno nuclear no una sino dos veces, y pienso para mí que sí, debió ser en realidad un peso muy grande.
Yamaguchi sigue siendo un firme partidario del Artículo 9 de la Constitución japonesa, que priva al país del derecho de hacer la guerra. Aun así, añade, “antes de que los misiles nucleares comiencen a volar, las Fuerzas de Autodefensa del Japón deben asegurarse de su disposición para interceptarlos”. Las actuales tensiones internacionales son un desafío al pacifismo de cualquier persona.
Por Jun’ichirō Nagasawa, Mainichi Shimbun, traducido del inglés por Julián Ortega Martínez
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