El Crimen y el Castigo (Kalil Gibrán, en "El Profeta")

...Entonces, uno de los jueces de la ciudad se adelantó y dijo: Háblanos del Crimen y el Castigo. Y él respondió, diciendo: Es cuando vuestro espíritu va vagando en el viento. Que vosotros, solos y sin guarda, cometéis una falta para con los demás y, por lo tanto, para con vosotros mismos. Y, por tal falta cometida, debéis llamar a la puerta del buenaventurado y esperar por un momento. Como el océano es vuestro dios personal. No conoce los caminos del topo ni busca los agujeros de la serpiente. Pero vuestro dios personal no habita sólo en vuestro ser; mucho en vosotros es aún hombre, y mucho en vosotros no es hombre todavía, sino un pigmeo informe que camina dormido en la niebla, en busca de su propio despertar. Y del hombre en vosotros quiero yo hablar ahora. Porque es él y no vuestro dios personal ni el pigmeo en la niebla el que conoce el crimen y el castigo del crimen. A menudo os he oído hablar de aquel que comete una falta como si no fuera uno de vosotros, sino...